
FELICES POR SIEMPRE JAMÁS
Stephanie Perkins
Editorial: Plataforma Neo
Páginas: 395
Un beso en París #3
Podéis imaginarme a mí levantando este libro como si fuese el comienzo del Rey León. Y un coro de ángeles cantando. Y yo llorando de alegría. O dando gritos y saltando como la loca que no soy. Todas esas variaciones son estupendas. Por favor, por favor, no sabéis las ganas y el miedo que le tenía a este libro. ¿Que por qué? Porque Un beso en París podría ser mi libro favorito -si fuese capaz de elegir solamente uno-, y ¡este es el tercero! Eso quiere decir que aquí acaba todo. No habrá más Étienne. Nunca más. Y bueno, tenía que ser perfecto, porque Stephanie Perkins es maravillosa y es incapaz de hacer algo feo pero... bueno, no sé si me estoy explicando o me estoy liando yo sola. El caso es que Un beso en París es precioso, pero Lola y el chico de al lado, aunque me gustó mucho, no cumplió mis expectativas. Y Felices por siempre jamás tenía que hacerlo. Porque sí. Era ya una obligación. Así que cuando Nacho me lo regaló -después de tiempo y tiempo diciéndole que lo quería-, casi me da un chungo. Y lo he terminado hoy. Y he muerto de amor.

Empieza el último curso en el School of America de París para Isla Martin. Y debe ser un gran año. Y desde aquel encuentro con Josh en verano, del que lleva enamorada años y años, siente que igual tiene alguna oportunidad. Y sí. Se enamoran y todo es precioso. Hasta que la realidad les da en los morros y todo se empieza a desmoronar, poniéndolos a prueba una y otra vez. ¿Resistirá el amor la distancia? Con ellos viajaremos por París, Barcelona y Nueva York, y además volveremos a encontrarnos con Étienne -oh, el maravilloso Étienne-, Anna, Lola y Cricket.
Sé que me va a quedar una reseña muy ñoña, porque es que me ha encantado tanto que simplemente voy a estar fangirleando una y otra y otra vez. Aunque bueno, intentaré contenerme. O no.
Es una lectura que tenía pensado tomarme con calma, en principio porque no quería que me decepcionase, y por otra parte, porque al ser el final de esta trilogía quería alargarlo todo lo posible. Pero no fui capaz. Fue abrirlo y un no parar, las únicas pausas que hice fueron para mandar audios diciendo que me estaba encantando. Y para poner cara de pena cuando veía que me quedaban pocas hojas. Lo peor fue que en medio de la lectura se me hizo de noche y a eso de la una y algo tuve que dejarlo. ¡Y soñé con que seguía leyendo! Sí, a lo mejor estaba un poco obsesionada pero es que... ais. El caso es que lo terminé a la mañana siguiente y fue un "Oh dios mío, me siento plena, pero ¿qué voy a hacer ahora con mi vida?".
Después de lo mucho que me gustaron Anna y Étienne como protagonistas, el listón estaba demasiado alto, pero he de decir que tanto Isla -Aila- como Josh, han sabido estar a la altura -bueno, vale, nadie es como Étienne, pero es que Josh sabe dibujar-. Cada uno con sus problemas, sus defectos, sus inseguridades, pero también llenos de virtudes y de cariño. Es imposible que no empatices con ellos. No puedes no ponerte en su lugar, ni evitar querer ayudarlos.
También me ha encantado el amigo de Isla, Kurt, quien aunque a veces me sacaba de mis casillas, al final me ha ganado el corazón, al igual que su hermana pequeña, Hattie.
No sé cómo lo hace Stephanie para conseguir crear, ya no personajes, sino personas. Es como si estuvieses leyendo la historia de alguien real.
Si los personajes son geniales, no hablemos de la historia de amor. Y es que es tan tierna... lo malo es que sabes que pasará algo malo, y cuando llega... ay, qué dolor. He sufrido mucho. De verdad.
Como siempre, me encanta la forma de describir de la autora, no se hace nada pesada y realmente es como si te hiciese una fotografía del lugar en el que se encuentran los personajes; sin moverme de mi habitación he sentido que estaba en París, con ellos, y en Barcelona, y en Nueva York. Es increíble.
Y bueno, no puedo no comentarlo: cuando han salido los protagonistas de los otros libros me volví muy loca. Fangirleo máximo. Es tan bonito y tan precioso y tan asdfghjkl... Aunque el resto del libro no me hubiese gustado, solo por ese capítulo habría merecido la pena.
Y el final... ais. Te deja feliz.
Vamos, que si no le habéis dado aún una oportunidad no sé a qué estáis esperando, porque es una lectura maravillosa.
Empieza el último curso en el School of America de París para Isla Martin. Y debe ser un gran año. Y desde aquel encuentro con Josh en verano, del que lleva enamorada años y años, siente que igual tiene alguna oportunidad. Y sí. Se enamoran y todo es precioso. Hasta que la realidad les da en los morros y todo se empieza a desmoronar, poniéndolos a prueba una y otra vez. ¿Resistirá el amor la distancia? Con ellos viajaremos por París, Barcelona y Nueva York, y además volveremos a encontrarnos con Étienne -oh, el maravilloso Étienne-, Anna, Lola y Cricket.
Sé que me va a quedar una reseña muy ñoña, porque es que me ha encantado tanto que simplemente voy a estar fangirleando una y otra y otra vez. Aunque bueno, intentaré contenerme. O no.
Es una lectura que tenía pensado tomarme con calma, en principio porque no quería que me decepcionase, y por otra parte, porque al ser el final de esta trilogía quería alargarlo todo lo posible. Pero no fui capaz. Fue abrirlo y un no parar, las únicas pausas que hice fueron para mandar audios diciendo que me estaba encantando. Y para poner cara de pena cuando veía que me quedaban pocas hojas. Lo peor fue que en medio de la lectura se me hizo de noche y a eso de la una y algo tuve que dejarlo. ¡Y soñé con que seguía leyendo! Sí, a lo mejor estaba un poco obsesionada pero es que... ais. El caso es que lo terminé a la mañana siguiente y fue un "Oh dios mío, me siento plena, pero ¿qué voy a hacer ahora con mi vida?".
Después de lo mucho que me gustaron Anna y Étienne como protagonistas, el listón estaba demasiado alto, pero he de decir que tanto Isla -Aila- como Josh, han sabido estar a la altura -bueno, vale, nadie es como Étienne, pero es que Josh sabe dibujar-. Cada uno con sus problemas, sus defectos, sus inseguridades, pero también llenos de virtudes y de cariño. Es imposible que no empatices con ellos. No puedes no ponerte en su lugar, ni evitar querer ayudarlos.
También me ha encantado el amigo de Isla, Kurt, quien aunque a veces me sacaba de mis casillas, al final me ha ganado el corazón, al igual que su hermana pequeña, Hattie.
No sé cómo lo hace Stephanie para conseguir crear, ya no personajes, sino personas. Es como si estuvieses leyendo la historia de alguien real.
Como siempre, me encanta la forma de describir de la autora, no se hace nada pesada y realmente es como si te hiciese una fotografía del lugar en el que se encuentran los personajes; sin moverme de mi habitación he sentido que estaba en París, con ellos, y en Barcelona, y en Nueva York. Es increíble.
Y bueno, no puedo no comentarlo: cuando han salido los protagonistas de los otros libros me volví muy loca. Fangirleo máximo. Es tan bonito y tan precioso y tan asdfghjkl... Aunque el resto del libro no me hubiese gustado, solo por ese capítulo habría merecido la pena.
Y el final... ais. Te deja feliz.
Vamos, que si no le habéis dado aún una oportunidad no sé a qué estáis esperando, porque es una lectura maravillosa.