Reseña: Luces de bohemia — Ramón María del Valle-Inclán

LUCES DE BOHEMIA

Ramón María del Valle-Inclán

Editorial: Austral (Espasa)

Páginas: 180

Autoconclusivo

Sí, os preguntaréis ¿por qué Luces de Bohemia? ¿Por qué Valle-Inclán? Bueno, muy sencillo: porque es un clásico de nuestra literatura, y otro motivo muy importante es porque me ha tocado hacer un estudio bastante completo de esta obra y de él mismo y quería hablaros un poco del tema por si no lo conocíais. Nunca viene mal leerse alguna obra de teatro ;)

Nos cuenta o bueno, nos teatraliza la última noche de Max Estrella. Él, dejando a su mujer y a su hija en casa mientras él se va con su "íntimo amigo" Don Latino por la calle a visitar todos los tugurios de Madrid, a gastar un dinero que no tiene y a criticar la situación española de ese momento: la política, la compasión, la bohemia, la religión, la sociedad..., en tres palabras: "la crisis española". Y en este paseo por el Madrid de 1920 Max será engañado, estafado, robado, encarcelado... de todo y cada vez peor. 

No me he identificado con ninguno de los personajes, pero sí que es verdad que nada más empezar a leer te obliga a tomar conciencia de todo lo que sucede y a ponerte de un lado o de otro en algún momento; si hubiera podido, me habría metido en la historia y más de uno se habría ganado un guantazo por tonto, más que tonto... Es el teatro del absurdo con una gran carga crítica. 

El protagonista es un pelele -pero mucho- que se deja ningunear por los demás y que encima cree que está por encima del bien y del mal, que es superior a los demás porque lo material no le atrae, pero en el fondo no podría ser más parecido a los demás, y vemos cómo se deja sobornar, corromper... como todos, tiene sus vicios.

Y ya ni os cuento sobre su "lazarillo" Don Latino de Hispalis, para mí el mejor de la historia: el pillo, el ladrón, el buscavidas, adulador. Hipócrita. Si te evades de la trama te reirás realmente con la de estupideces que dice y hace. 

Y es gracioso porque no deja de ser un desfile de gente rara, muchos marginados de ese Madrid nocturno e incluso algún político importante, pero todos -o casi todos- cortados con el mismo patrón:"Si puedo robar, pues te robo".

Tiene un humor mordaz y está muy bien escrito, con sus diálogos tan expresivos y esas expresiones con las que no puedes evitar que se te escape alguna risa. 

Refleja la España de principios del s. XX, pero han pasado casi 100 años y estamos inmersos en los mismos problemas que ya contaba Valle-Inclán, y parece como si hubiésemos vuelto hacia atrás. 

Sinceramente, me ha gustado -y mira que es raro que me guste algo de lo que me mandan leer-. Os la recomiendo, es una forma de leer a nuestros autores de siempre que tan olvidados tenemos, pero desde otra perspectiva: pasar un buen rato. Y de verdad que a pesar de lo pesimista de la historia no he podido evitar reírme de los personajes, y sobre todo con las expresiones que utilizan. Leedlo para disfrutar y olvidad el problema de fondo que quiere denunciar el autor. 

¡Se me olvidaba! Si os apetece, no perdáis la oportunidad de leer la biografía del autor y mirar su fotografía, porque... menudo hombrecillo.