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10.4.15

Reseña: Memorias de un amigo imaginario — Matthew Dicks


MEMORIAS DE UN AMIGO IMAGINARIO
(Autoconclusivo)
Editorial: Nube de tinta

MATTHEW DICKS

Me encanta este estilo de portada. Es como si fuera un cuaderno. Así, que sí, me llamó la atención por eso. Peco de superficial cuando escojo un libro 8 de cada 10 veces, pero qué se le va a hacer. Me parece cuqui y quise leerlo.

Además, había leído un par de reseñas ya y me picaba la curiosidad saber cómo lo había escrito el autor para que un amigo imaginario escribiera el libro.

Como ya habéis podido comprobar por lo que he dicho y por el propio título: este libro está narrado por el amigo imaginario de un niño. En concreto, por Budo el amigo de Max. Lo que tiene de peculiar esta historia —a parte de esto, claro porque tampoco es que sea muy normal— es que Max no es un niño como los demás, sino que tiende a encerrarse en sí mismo. Si puede no hablar con nadie, mejor. Si le dejan solo y a su bola, pues perfecto.

No quiero haceros spoiler así que solo diré que un día, Max se encuentra en una situación de la que solo Budo es testigo. Es el único que puede ayudarlo y no existe modo de que los demás le puedan ver.

Tenía muchas ganas de leer este libro por lo original que parecía. No me decepcionó, eso de que narre Budo le da un aire completamente innovador a lo que podía haber sido un simple libro infantil. Me ha resultado muy curioso.

Además, Budo no solo tiene que salvar a Max sino a sí mismo porque en cualquier momento Max puede dejar de creer en él y... adiós. Así que aunque tenga ese toque infantil es una historia cargada de significado.

No os voy a mentir: súper adorable. Encima te mezcla su monisidad con la tensión de lo que le ha pasado a Max  así que tenemos diversos sentimientos a lo largo de la novela. Sufrí y me emocioné por partes iguales, incluso me vicié. Creo que me lo leí en tan solo un par de tardes.

Lo único que me chirrió es que Budo, gracias a la imaginación de su creador, es un amigo imaginario "perfecto": puede hablar, tiene cuerpo con todas las extremidades y no es... extraño como el resto de los amigos imaginarios que conoce. Ya que depende de quién los cree pueden tener una forma y más o menos habilidades. El caso es que la gran mayoría no sabían hablar muy bien y tenían algún defecto. Salvo Budo que era perfecto. Meh.

Es por comentar algo, pero vamos que la historia te engancha desde el primer momento y Budo es súper cuqui. Ya ni hablemos del final. Sé que siempre digo esto, pero el final es increíble. Si el libro ya merecía la pena, después de cómo acaba... en serio tenéis que darle una oportunidad.