Elena Castillo Castro
Editorial: Ediciones Kiwi
Páginas: 256
Autoconclusivo
Tiene pinta de ser pasteloso/de llorar. Y si a vosotros no os lo parece pues a mí sí, y ya está. A ver, si es que entre el título -que me parece muy bonito pero en mi cabeza pienso que el corazón dejará de latir :(- y la portada tan melancólica... que sí, que desde que salió me entraron ganas de leerlo por esos mismos motivos, aunque soy más de historias que prometen un felices para siempre, pero ... hay que leer de todo, supongo
Lara está preparando todo para casarse y mudarse con Javier, con el que lleva saliendo desde hace muchísimos años, y toda su vida va viento en popa; es una vida fácil y ella cree que es feliz. Entonces le llega un paquete lleno a rebosar de cartas firmadas por Eliott. Su Eliott, su mejor amigo y el que fue su primer amor. El mismo que se largó hace diez años y del que no ha vuelto a saber nada de nada hasta ahora. Y aunque Lara es feliz con Javier y pensaba que ya había olvidado a Eliott según va sumergiéndose en la lectura de las cartas que él nunca se atrevió a enviar hasta ahora, se va dando cuenta de que en realidad no estaba tan enterrado como ella pensaba. ¿Qué hará ahora?
Bueno, no había leído la sinopsis pero no he tardado mucho en darme cuenta de cual era el punto principal del libro: mejores amigos que acaban queriendo más y algo que hace que él se vaya sin despedirse. Vamos, una historia de esas de las que me encantan. Previsible, pero aún así cuqui.
Y desde el principio ha estado cristalino que ella seguía enamorada de Eliott por muy genialoso que fuese su perfecto Javier, quien siempre la trataba como una princesa, y aunque me ha dado algo de pena por él porque no tenía ninguna culpa de que ella no hubiese olvidado al otro, en el fondo esperaba que desapareciese para dejarle el camino libre.
Tanto Lara como Eliott me han caído bien y mal, bien porque ambos tienen un corazón de oro, pero mal porque... no sé, creo que ambos son algo cobardes y tal vez si hubiesen sido más valientes las cosas les hubiesen ido muchísimo mejor. En cuanto a María, la mejor amiga de Lara y Eliott... bueno, me ha parecido un poco tontita aunque al final haya servido para ... -no puedo decirlo-.
A lo largo de la historia vamos viendo dos partes diferenciadas: el presente, en el que Lara va leyendo las cartas y se debate entre quedarse con lo que tiene o arriesgarse, y el pasado, en el que vamos viendo cómo era la relación de Lara con Eliott hace diez años, con su mejor amiga María y cómo conoció a Javier. Y... bueno, claramente me ha encantado saber qué pasaba antes, cómo se enamoraba y todo... pero me ponía nerviosa todo ese viaje de adelante a atrás en cada capítulo, he acabado un poco mareada a pesar de que reconozco que el libro perdería mucho si no hubiese esos flashbacks.
A medida que ella iba leyendo e iba yo conociendo lo que ocurrió hace tanto tiempo no hacía más que preguntarme una única cosa: ¿por qué Eliott se fue? No terminaba de encontrarle sentido y cuando al fin descubrí por qué... jo, igual no habría querido que fuese así :(
El final... bueno, me ha parecido tierno pero a la vez triste, claro. Entiendo que no podía acabar de otra manera pero... no sé, ya lo dije antes, siempre acaban gustándome más los "y comieron perdices".... no se puede tener todo, ¿no?
Ya conocía la pluma de Elena de Baile de luciérnagas y Un columpio bajo las estrellas, y la verdad es que su manera de escribir me parece muy amena y siempre consigue engancharme desde el principio, sin embargo también parece que acaban siendo algo tristes también siempre...
En definitiva, es una historia de amor que he disfrutado a pesar de lo amargo del final, me ha hecho pasar un buen rato e ilusionarme, así que sí, si os gustan de este tipo, dadle una oportunidad.