EL PRÍNCIPE DE LOS PRODIGIOS
VICTORIA ÁLVAREZ
Nocturna
Páginas: 537
Helena Lennox #2
AVISO: SPOILERS DEL ANTERIOR
Otra belleza de portada. Y es una pena que no se aprecie tanto en la imagen, pero es que los detalles plateados son increíbles, muy en la línea de la anterior, La ciudad de las sombras, que encerraba además una historia increíble de misterio y aventura.
Después del sorprendente y desgarrador desenlace de la primera parte, estábamos todos comiéndonos las uñas por lo que podría ocurrir en esta continuación, y es que Victoria es un tanto *ejem* cruel con sus personajes, y quedaba claro que nadie estaría a salvo...
1924. Nápoles. Helena y sus padres se trasladan a la ciudad para colaborar con las excavaciones pompeyanas, pero acaban viéndose envueltos en una trama de asesinatos, y es que "los ángeles ya no velan por nosotros"; así, los Lennox vivirán una nueva aventura acompañados de un viejo amigo atormentado, un pariente inesperado, una solitaria princesa y el aún más misterioso Príncipe de los Prodigios, alquimista, inventor... y quien puede tener la clave de todo.
¡Madre mía! Menuda lectura tan trepidante, espectacular y simplemente alucinante. Siempre me suele emocionar leer continuaciones por eso de reencontrarme con los personajes que me habían robado ya el corazón, pero es que ya me siento tan amiga de Helena que ha sido precioso volver a leer sobre sus andanzas, ver cómo madura, cómo crece y evoluciona, y se enfrenta a todo lo que le toca vivir; por no hablar de la maravillosa forma que tiene Victoria de ambientar las historias, y es que casi se podía sentir que estábamos en el mismo Nápoles de los años 20. Flipa.
Y eso sin hablar de la trama, muy diferente a la de La ciudad de las sombras, pero aun así, llena de misterio, de secretos, de sorpresas y peligros, y es que cuando el cerco de los crímenes se estrecha alrededor de los Lennox casi podemos respirar el miedo, y todo sin llegar a descubrir el motivo ni el culpable, lo que lo hace todo todavía más sorprendente cuando se descubre el pastel, al menos a mí me ha dejado con la boca abierta, digno de las novelas policíacas de Agatha Christie.
Como ocurrió con La ciudad de las sombras, es un libro que va a más, que mejora con cada página, y eso que tengo que reconocer que estuve gran parte del libro mosca porque no entendía que se le hubiera dado ese título con la poca relevancia que parecía tener el dichoso príncipe, pero finalmente ¡todo cobró sentido! Además, en esta ocasión, hemos podido acercarnos más a los personajes de Dora y Lionel, los padres de Helena, y su trama me tiene completamente cautivada <3
No quiero que termine esta historia, porque de nuevo Victoria ha escrito un novelón con El príncipe de los prodigios, y por eso me da pena que el siguiente libro sea la última parte, pero al mismo tiempo estoy deseando leerlo cuanto antes. El drama del lector.
Después del sorprendente y desgarrador desenlace de la primera parte, estábamos todos comiéndonos las uñas por lo que podría ocurrir en esta continuación, y es que Victoria es un tanto *ejem* cruel con sus personajes, y quedaba claro que nadie estaría a salvo...
1924. Nápoles. Helena y sus padres se trasladan a la ciudad para colaborar con las excavaciones pompeyanas, pero acaban viéndose envueltos en una trama de asesinatos, y es que "los ángeles ya no velan por nosotros"; así, los Lennox vivirán una nueva aventura acompañados de un viejo amigo atormentado, un pariente inesperado, una solitaria princesa y el aún más misterioso Príncipe de los Prodigios, alquimista, inventor... y quien puede tener la clave de todo.
¡Madre mía! Menuda lectura tan trepidante, espectacular y simplemente alucinante. Siempre me suele emocionar leer continuaciones por eso de reencontrarme con los personajes que me habían robado ya el corazón, pero es que ya me siento tan amiga de Helena que ha sido precioso volver a leer sobre sus andanzas, ver cómo madura, cómo crece y evoluciona, y se enfrenta a todo lo que le toca vivir; por no hablar de la maravillosa forma que tiene Victoria de ambientar las historias, y es que casi se podía sentir que estábamos en el mismo Nápoles de los años 20. Flipa.
Y eso sin hablar de la trama, muy diferente a la de La ciudad de las sombras, pero aun así, llena de misterio, de secretos, de sorpresas y peligros, y es que cuando el cerco de los crímenes se estrecha alrededor de los Lennox casi podemos respirar el miedo, y todo sin llegar a descubrir el motivo ni el culpable, lo que lo hace todo todavía más sorprendente cuando se descubre el pastel, al menos a mí me ha dejado con la boca abierta, digno de las novelas policíacas de Agatha Christie.
Como ocurrió con La ciudad de las sombras, es un libro que va a más, que mejora con cada página, y eso que tengo que reconocer que estuve gran parte del libro mosca porque no entendía que se le hubiera dado ese título con la poca relevancia que parecía tener el dichoso príncipe, pero finalmente ¡todo cobró sentido! Además, en esta ocasión, hemos podido acercarnos más a los personajes de Dora y Lionel, los padres de Helena, y su trama me tiene completamente cautivada <3
No quiero que termine esta historia, porque de nuevo Victoria ha escrito un novelón con El príncipe de los prodigios, y por eso me da pena que el siguiente libro sea la última parte, pero al mismo tiempo estoy deseando leerlo cuanto antes. El drama del lector.
¡Holaaa!
ResponderEliminarJoe, pues me alegro que haya vuelto a estar a la altura, se nota que te ha encantado ^^
¡muchos besos!
¡Hola hola!
ResponderEliminarTienes razón en eso de que la portada es preciosa; ya he leído las últimas publicaciones de Victoria y tengo muchísimas ganas de ponerme manos a la obra con este! :P qué ganazas de sumergirme en el misterio!
Buenas:
ResponderEliminarLos libros que he leído hasta ahora de Victoria me han gustado mucho así que sin duda buscaré este, además lo has puesto por las nubes por lo que me da que lo voy a disfrutar un montón, tanto o más que tú!