Reseña: Finis Mundi — Laura Gallego

FINIS MUNDI

LAURA GALLEGO

Editorial SM

Páginas: 252

Autoconclusivo

Vale, en general soy una eterna enamorada de las portadas de Laura Gallego: La emperatriz de los etéreos, Donde los árboles cantan... preciosas. Pero ¿esta? Por favor, si me da hasta grimilla. No sé a quién se le ocurriría poner al monje siniestro en la portada porque en realidad en la historia es muy cuqui... 

De todas formas, hace tiempo decidí que tenía que leer todos los libros de Laura Gallego, y cuando vi que Nacho lo tenía en la estantería... se lo robé. Muajaj. Y hasta hoy, que me di cuenta de que ya iba siendo hora de que se lo devolviese. #sorrynotsorry

Es el año 997, y en Francia, Michel, un monje cluniacense, tras descubrir unos escritos en los que se habla de la llegada del Apocalipsis en el año 1000, se embarca en una misión imposible: recuperar los tres ejes mediante los cuales podrá invocar al Espíritu del Tiempo, el único capaz de salvar a la humanidad del desastre. El problema es que nadie sabe dónde se encuentran esos ejes, así que en compañía de un juglar llamado Mattius, y su perro, recorrerán media Europa en su busca... pero el tiempo se agota. 

Siempre lo he dicho y lo mantengo: me encanta la época medieval -en realidad creo que me gustan prácticamente todas las épocas-, así que encontrarme con ello, y encima mezclado con la llegada del fin del mundo, ha hecho que fuera una historia muy muy interesante. 

Por difícil e inverosímil que fuera, Michel, nuestro monje, consigue convencer a Mattius y otros en su camino de la gran misión que deben llevar a cabo; sin embargo, habrá muchos peligros que los acechen en ese camino, como gente que esté en contra de la salvación del mundo, grupos que esperen la llegada del Anticristo e intenten acabar con ellos... 

Además, sus personajes me han encantado, desde Michel, tan inocente y lleno de fe en Dios y en los hombres, pasando por Mattius -a pesar de que aún al final seguía sintiendo que era un personaje del que no se nos había contado prácticamente nada-, hasta llegar a Lucía -sí, porque se llama como yo-, una joven que se cruzará en su camino y cobrará una gran importancia. 

Sin embargo, también me he encontrado con unas cuantas pegas durante la lectura, por ejemplo, no hay capítulos: lo único que encontramos es una división en tres partes, por lo que a veces sentía que no avanzaba, y a eso hay que añadirle que tampoco es demasiado ágil, avanza bastante despacio y hay páginas y páginas en las que no pasa nada de nada, ni aportan nada a la historia.

Vamos, que por un lado sí lo he disfrutado por lo original e interesante del tema, por no hablar de la importante reflexión que nos deja con ese final, que, por cierto, se veía venir desde el principio; pero por otro lado me parece que esperaba algo más después de las increíbles lecturas que nos ha regalado Laura Gallego.