Reseña: Una canción para Novalie — María Martínez

UNA CANCIÓN PARA NOVALIE

MARÍA MARTÍNEZ

Titania
Páginas: 443

Autoconclusivo

Cubierta: Luis Tinoco

Si lleváis un tiempo por aquí o me seguís en las otras redes sociales, sabréis que llevo años devorando todo lo que publica María Martínez, pero resulta que había una historia que se me había quedado por el camino, y era esta: Una canción para Novalie, una novela que, además, tenéis muchas como favorita de la autora. 

Así, ahora que se había reeditado (junto con Palabras que nunca te dije) y había salido con esta preciosa cubierta, ya no podía dejar pasar más tiempo: había llegado la hora de hincarle el diente. 

Novalie ha pasado los últimos años cuidando de su madre enferma, lo que le ha obligado a crecer más rápido de lo que le tocaba, y por eso no se rinde con su padre, quien ha perdido las ganas de vivir. Así, ambos han vuelto al pueblo de su infancia, Bluehaven, a vivir con sus tíos, y es allí donde Novalie conoce a Nick, un prodigio del piano, y cuya familia planea grandes cosas para él. Son polos opuestos, pero ya se sabe: los polos opuestos siempre terminan atrayéndose. 

Pensaba que estaba preparada para el drama y, de hecho lo iba buscando, pero... resulta que no lo estaba. Hay que ver todas las desgracias y secretos y malentendidos dolorosos que hay en esta historia, pero, claro, ese salseo es el que da emoción a mi vida como lectora, así que ¿cómo voy a resistirme a leer este tipo de novelas? No se puede, no. 

Se trata de una historia que no es especialmente complicada: chico conoce a chica, chica conoce a chico, se gustan, pero por supuesto que hay algún motivo por el que no pueden estar juntos, y de ahí que todos terminemos llorando. 

Novalie, como ya dije, es una chica a la que le ha tocado pasar por una etapa muy dolorosa y no solo ha perdido a su madre, sino que su padre prácticamente ha desaparecido, y solo cuenta con el apoyo de sus tíos y de su mejor amiga, así que por supuesto que cuando se encuentra con un chico que la trata en palmitas, cae a la primera, y es que es verdad que Nick parece de esos personajes que solamente tiene virtudes... hasta que entra en juego su familia. Y aquí es donde debo decir que la historia más me ha chirriado: Nick es adulto, tiene ¿25?¿26 años? Y es completamente independiente económicamente, así que no tiene ningún sentido ese sometimiento a los deseos de su familia, que son absolutamente terribles, y dignos de las telenovelas más dramáticas que hayáis visto. Todo ese drama, aunque admito que me ha tenido en vilo, no ha tenido ni pies ni cabeza, ni tampoco su resolución en el desenlace. 

En definitiva, aunque admito que ha habido cosas que no me han convencido nada y me han frustrado, eso no quita para que Una canción para Novalie me haya gustado muchísimo, y me haya achuchado el corazón a lo bestia: me hacía falta una historia de este estilo, de las que te emocionan y te duelen.