AMOR Y HELADO
JENNA EVANS WELCH

La Galera
Páginas: 336
Autoconclusivo
Ay, por favor. Llevo viendo este libro por las redes años, desde que salió, y aunque tengo que reconocer que no me llamaba poderosamente la atención, sí imaginaba que sería una historia entretenida y bonita, ideal para el verano.
Por si esto fuera poco, siempre me hace especial ilusión cuando las novelas están ambientadas en lugares que conozco, porque me hacen viajar y volver atrás, como si estuviese reviviendo esos momentos, y las vuelve aún más especiales. Oh, Italia, allá vamos.
El último deseo de la madre de Lina antes de morir era que conociese a su padre, por eso, se presenta ante ella un verano lleno de sol y helados en la Toscana, pero Lina no está de humor: ¿cómo puede ser que su padre haya pasado de ella durante toda su vida? Acompañada del diario de su madre y de Ren, un agradable jovenzuelo, Lina se embarcará en una aventura que la llevará a descubrir el camino que esta siguió, las decisiones que tomó, y todos los secretos que había guardado durante tantos años; secretos que podrán cambiarle la vida.
Me imaginaba que me gustaría pero no esperaba que llegase a encantarme: es una de esas historias sencillas, de las que te atrapan desde el primer momento a pesar de que aparentemente no cuentan nada profundo, pero que te hacen sentir bien, de esas que lees con una sonrisa sin apenas darte cuenta.
A pesar de que nunca me he encontrado en su situación, ha sido muy fácil conectar con Lina, y sentirme igual de perdida que ella, triste, pero también ilusionada por todo lo nuevo que conoce, por encontrarse en un nuevo país, por hacer nuevos amigos, y esos sentimientos encontrados con respecto a su padre, un personaje que resulta bastante misterioso desde el principio.
Esa "aventura", investigar qué había sido de la época de la madre de Lina en Italia, por qué nunca le había hablado de su padre y todos los detalles que parecen no encajar, ha resultado realmente interesante, y no podría haber habido mejor compañero que Ren, adorable a rabiar. Por no hablar de la forma en que describe la Toscana y Florencia, haciéndonos sentir como si realmente estuviéramos allí, de verdad que ha sido un verdadero viaje.
En resumen, Amor y helado, a pesar de tratarse de una historia sencillita y no demasiado sorprendente, me ha parecido una lectura preciosa, llena de ternura y dulzura, que me ha emocionado y me ha hecho viajar a Italia.
Por si esto fuera poco, siempre me hace especial ilusión cuando las novelas están ambientadas en lugares que conozco, porque me hacen viajar y volver atrás, como si estuviese reviviendo esos momentos, y las vuelve aún más especiales. Oh, Italia, allá vamos.
El último deseo de la madre de Lina antes de morir era que conociese a su padre, por eso, se presenta ante ella un verano lleno de sol y helados en la Toscana, pero Lina no está de humor: ¿cómo puede ser que su padre haya pasado de ella durante toda su vida? Acompañada del diario de su madre y de Ren, un agradable jovenzuelo, Lina se embarcará en una aventura que la llevará a descubrir el camino que esta siguió, las decisiones que tomó, y todos los secretos que había guardado durante tantos años; secretos que podrán cambiarle la vida.
Me imaginaba que me gustaría pero no esperaba que llegase a encantarme: es una de esas historias sencillas, de las que te atrapan desde el primer momento a pesar de que aparentemente no cuentan nada profundo, pero que te hacen sentir bien, de esas que lees con una sonrisa sin apenas darte cuenta.
A pesar de que nunca me he encontrado en su situación, ha sido muy fácil conectar con Lina, y sentirme igual de perdida que ella, triste, pero también ilusionada por todo lo nuevo que conoce, por encontrarse en un nuevo país, por hacer nuevos amigos, y esos sentimientos encontrados con respecto a su padre, un personaje que resulta bastante misterioso desde el principio.
Esa "aventura", investigar qué había sido de la época de la madre de Lina en Italia, por qué nunca le había hablado de su padre y todos los detalles que parecen no encajar, ha resultado realmente interesante, y no podría haber habido mejor compañero que Ren, adorable a rabiar. Por no hablar de la forma en que describe la Toscana y Florencia, haciéndonos sentir como si realmente estuviéramos allí, de verdad que ha sido un verdadero viaje.
En resumen, Amor y helado, a pesar de tratarse de una historia sencillita y no demasiado sorprendente, me ha parecido una lectura preciosa, llena de ternura y dulzura, que me ha emocionado y me ha hecho viajar a Italia.
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4.5 |