Reseña: La chica de hielo — Andrea Tomé

LA CHICA DE HIELO

ANDREA TOMÉ

Cross Books
Páginas: 412
Autoconclusivo

Cubierta: Dean Drobot

Ya son unos cuantos los libros que he leído de Andrea, y no voy a negar que siempre los comienzo con un poquito de miedo, porque sé que seguramente me hagan sufrir mucho, a pesar de que me terminan encantando. 

El último que leí suyo fue Kiss and cry, también relacionado con el patinaje sobre hielo, y admito que me encantó, aunque también es cierto que tuvo un tono algo más ligero que este. Pero con La chica de hielo se avecinaba dolor, y lo sabía. 

Tras dos años viviendo en Toronto, dedicándose 100% al patinaje sobre hielo, Carmen vuelve a casa, alejándose de su entrenador, del deporte, y de todo lo que sucedió. Empezar de cero no le resulta nada sencillo, pues este tiempo, y su experiencia, la han separado de sus amigas, de su familia y de todo, y la terapia no está sirviendo de mucho: su psicóloga quiere que hable de lo que ocurrió, pero Carmen ha perdido su voz, y no puede plasmar con palabras aquello por lo que pasó. Afortunadamente, y gracias a un castigo en el instituto, conocerá a cuatro estudiantes con los que conectará por completo, y gracias a su apoyo, tal vez pueda salir del pozo en el que la arrojaron. 

Siento que por mucho que diga acerca de esta novela no voy a llegar a hacerla justicia, así que poco importa lo que pueda escribir: hacedme caso y dadle una oportunidad. 

Bua. Que sí, que ya lo sabía, pero aun así creo que no estaba preparada para una lectura tan intensa y directa como ha sido La chica de hielo: desde el primer momento ya clava sus garras en tu corazón y no te deja ir, te atrapa con sus personajes tan reales, tan bien hechos, sus historias tan verdaderas y lo bien narrado e hilado que está todo, los temas tan duros que aborda, como los abusos sexuales y los trastornos alimenticios... si es que solo me puedo quitar el sombrero ante Andrea a la par que lloro por lo mucho que me desgarra siempre. 

Ha sido una desgarradora a la par que bella: dolorosa por todo lo ocurrido, por la denuncia, por el sufrimiento de Carmen, y no solo el suyo, en realidad, pues sus amigos también tienen que pasar por sus propios caminos difíciles, pero fantástica por la evolución, por el efecto positivo de la amistad, por cómo se van forjando sus distintas relaciones, y las maravillosas conversaciones con las que nos encontramos. 

La chica de hielo ha sido emocionante en el sentido de que está llena de emociones, de sentimiento, y logra transmitirte todos ellos; te destroza y te cura, y te hace vivir el mismo viaje que sus personajes. Sin duda, brillante.