Reseña: Casa de Tierra y Sangre — Sarah J. Maas

CASA DE TIERRA Y SANGRE

SARAH J. MAAS

Alfaguara

Páginas: 800

Ciudad Medialuna #1

Traducción: Carolina Alvarado Graef

HOLA, LOCURA FANGIRLERA, ¡YA ESTOY AQUÍ!

Por si no os habéis fijado, resulta que Sarah J. Maas es también la autora de la saga Una corte de rosas y espinas (cuya segunda novela es mi libro favorito de todos los tiempos), además de haber escrito también la saga Trono de cristal (que quedó abandonada en España pero que ahora Hidra va a publicar bien prontito, gracias!). Vamos, que Sarah viene siendo una diosa de las historias de fantasía ya muchos años.

Esta vez, Casa de Tierra y Sangre es el primer libro de la saga Ciudad Medialuna, también de fantasía, pero más adulta que las anteriores, y que, bueno, no solamente cuenta con una portada absolutamente preciosa, sino que, encima, es un señor tochazo de 800 paginotes. Send help. 

Intenté aguantar para no leerlo de golpe y, de hecho, comencé leyendo apenas unos capítulos al día, pero al final, acabé cayendo de cabeza en esta maravillosa y compleja historia: 

Trabajar y salir de fiesta, así era la vida de Bryce Quinlan, una vida que terminó cuando un demonio asesinó a sus amigos y le dejó el corazón vacío. Aparentemente, el acusado había sido detenido, sin embargo, cuando los crímenes vuelven a empezar, Bryce se promete que encontrará al culpable; para ello, contará con la ayuda de Hunt Athalar, un ángel caído, ahora esclavo de los arcángeles a los que intentó destronar hace tantos años, ¿su motivación? Si resuelven el caso, su libertad estará prácticamente a su alcance. Si bien, en un primer momento, su relación no podría ser más tempestuosa, pronto empieza a crecer una llama entre ellos... al mismo tiempo que descubren que un oscuro y peligroso poder pretende terminar con todo lo que aman. 

¿Cómo puede ser que hubiera gente diciendo que este libro era aburrido? De verdad. Sé que cada persona tiene un gusto, pero es que ha sido tan alucinante, que no puedo explicármelo. Vale, las primeras 100-150 páginas pueden ser algo más lentas, pero es que hay muchos, muchos personajes que presentar, además de una sociedad formada por un porrón de criaturas (hadas, metamorfos lobos y un poco de todo, en realidad, ángeles caídos, brujas, demonios... ), y con una magia concreta. 

Además, a partir de ese momento, comienza de lleno toda la investigación, el misterio, las intrigas y mentiras, ligado con el desarrollo estupendástico de los distintos personajes, todos y cada uno de ellos increíblemente perfilados, sobre todo Bryce, desde luego, que, como siempre pasa con Sarah, tiene una personalidad arrolladora e irreverente, pero también con el resto de personajes secundarios, que han sido maravillosos a su manera. ¿Y el salseo? Servido, porque por supuesto que tenemos romance, ¿sorprendidos? Sé que no. Pero la relación entre Bryce y Hunt me ha tenido comiéndome las uñas. 

Y no solo eso, sino que la trama me ha mantenido completamente en vilo, se ha marcado unos cuantos giros argumentales que me han dejado calva, y eso por no hablar de las últimas ¿doscientas? páginas, que casi me provocan una taquicardia del ritmo tan acelerado y las escenas tan impactantes que nos han regalado, y confieso que alguna lagrimilla ha caído. Una auténtica locura que, sin duda, todo el mundo necesita leer, porque estoy segura de que no soy la única que va a disfrutar tantísimo de esta pedazo de historia. 

Por cierto, a pesar de ser el primero de una saga, tiene un final relativamente cerrado, así que no tengáis miedo porque luego toca esperar al siguiente: el desenlace os dejará satisfechos. 

¿En resumen? Sarah J. Maas ha vuelto a crear una historia impresionante, llena de misterio, personajes alucinantes, compleja y mágica, que me ha robado el corazón y, ya de paso, me lo ha hecho papilla. Gracias por tanto y perdón por tan poco.