Reseña: Un reino de carne y fuego — Jennifer L. Armentrout

UN REINO DE CARNE Y FUEGO

JENNIFER L. ARMENTROUT

Puck
Páginas: 800

De sangre y cenizas #2

Traducción: Guiomar Manso de Zúñiga

Cubierta: Luis Tinoco

AVISO: SPOILERS DEL ANTERIOR

Últimamente llevo algo de retraso leyendo las novedades literarias pero es que, sinceramente, no me da la vida: quiero leer todo, así que se me va acumulando, y cuando llego al fin a lo que era novedad en su momento, han pasado un par de meses... ¡Pero no pasa nada! Los libros no caducan, así que por supuesto que se puede disfrutar igualmente. 

En este caso, se trata de la segunda parte de la trilogía De sangre y cenizas, de Jennifer L. Armentrout, una historia que está ARRASANDO, así que ¿cómo no leerla lo antes posible? Porque cuidado con los spoilers... En este caso, había oído maravillas de esta segunda parte, así que iba esperando que fuera muchísimo mejor que el primero y... no ha estado a la altura de las expectativas. 

Bien, ¿qué ocurre en Un reino de carne y fuego?

El mundo de Poppy se desmoronó al descubrir que todo lo que le habían enseñado sobre el mundo y sobre sí misma era mentira, incluido el hombre del que se había enamorado, enemigo de quienes la tenían cautiva, y que la secuestró para alejarla de esos monstruos. El príncipe de Atlantia, el Señor Oscuro, Casteel, del que por mucho que lo intenta, no logra alejarse. Él la necesita viva, pero también la trata como a una igual... ella no sabe qué hacer, pero también es consciente de que solo con él conseguirá encontrar a su hermano Ian. 

Mientras tanto, los rumores sobre la guerra se extienden, y Poppy se encuentra en el centro de todo: el rey quiere utilizarla para mandar un mensaje, los Descendentes quieren verla muerta por todo lo que representa, los wolven se vuelven impredecibles, y los Ascendidos le darán caza; detrás de todo ello, secretos sobre el origen de todos ellos, y de ella misma, pecados, sangre y traición. 

Como decía, esperaba muchísimo más de este libro, por toda la mandanga que hay liada: las traiciones, los secretos, el enfrentamiento entre Atlantia y los "vampiros chungos", las diferentes criaturas, los poderes de Poppy, y todo el drama romántico que hay ahí metido, ¿cómo no iba a ser una pasada de libro? Pues bueno; a ver, que no ha estado mal, en realidad es entretenido, se lee muy bien, es ágil... pero creo que se podría haber ahorrado doscientas páginas perfectamente, en las que solamente tenemos a Poppy sufriendo por sus sentimientos, dando vueltas al hecho de que se ha enamorado de una persona que le ha mentido... Ahora bien, admito que la evolución que se va dando en los personajes es genial, sobre todo en la protagonista Poppy, que se va liberando de sus cadenas y de todas las mentiras en las que llevaba toda la vida creyendo; pero conocer al resto de personajes más a fondo ha sido también muy interesante. 

Por su parte, la trama es de lo más emocionante, llena de acción y sorpresas, con giros inesperados, con sangre, con momentos llenos de dolor y otros de fuegote, por no hablar de todos los indicios que apuntan hacia los dioses, hacia que va a estallar algo la mar de importante más adelante, pero ¡no puedo con tanta intriga! Ha sido muy genial ir leyendo al respecto, aunque repito que se podría haber ahorrado relleno. 

Pero, eh, lo admito, el desenlace me ha dejado loquísima: tuve que releer los dos últimos capítulos porque sentía que me había perdido algo, y en realidad no: es que te dejan con un millón de dudas por culpa de los últimos acontecimientos que se presentan en la novela. Claro, para que suframos hasta que salga la siguiente... (lo bueno es que ya tengo el tercero en mi pila de pendientes, lo malo... que no sé cuándo tendré tiempo para leerlo :() ¡y ya estoy deseando poder hincarle el diente!

En resumen, aunque debo decir que disfruté más del primer libro, esta segunda parte, Un reino de carne y fuego, ha sido emocionante y sorprendente, si bien un poco larga, y me ha dejado con los dientes muy largos para leer cuanto antes la tercera novela de la trilogía.