Vancouver Storm #2
Traducción: María Cárcamo Ramos
Cubierta: Chloe Quinn
Romances deportivos, sí, por favorrrrrr, y es que además como ahora se han puesto muy a la moda, tenemos un montón entre los que elegir.
En este caso, nos volvemos a meter de nuevo en el mundo del hockey sobre hielo, todo un clásico en este género y, además, recibiendo unas valoraciones la mar de generosas, así que ¿cómo decir que no? Esta segunda parte de la saga Vancouver Storm pintaba fenomenal, y después de Tras el hielo, tenía curiosidad por estos personajes:
Hazel tiene una cosa muy clara: no enrollarse con ningún jugador de hockey, y eso que trabaja como fisio para el mejor equipo de Vancouver, y su hermana está felizmente prometida con uno de los deportistas. Sin embargo, cuando su ex entra en el equipo, Hazel está dispuesta a demostrarle que no piensa para nada en él, y no piensa desaprovechar la oportunidad de vengarse, y hacrle creer que sale con Rory, su eterno rival, estrella del hockey... que, realmente, la atrae más de lo que debería: la relación será falsa, pero Rory es dulce, gracioso y protector, tanto que... parece que el amor entre ellos no es tan falso como debería.
Bua. A ver, el primero me gustó, pero es que este segundo ha estado por las nubes en comparación; reconozco que todo el tema de las relaciones falsas siempre me ha parecido que tiene mucho potencial en los romances, ¡y desde luego que aquí ha conseguido sacarle todo su jugo!
Ambos protagonistas, Hazel y Rory, tal vez pequen de buenazos, pero la verdad es que me ha encantado seguir su historia, lo divertidos que han sido sus encontronazos, sus diálogos, y lo bonito que ha sido verlos crecer juntos, abrirse y encontrar la felicidad. Asimismo, por supuesto, no puede faltar ese toque spicy que también encontramos en el anterior.
Lo he devorado, me ha parecido adictivo, sexy y entrañable, si es que esos dos adjetivos pueden ir juntos. Deseando leer ya el siguiente.
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