Jasmine Warga
Editorial: Montena
Páginas: 284
Autconclusivo
No tenéis ni idea de lo preciosa que me parece esta portada. Pero ni idea. Y es que aunque cuando la veía en la pantalla del ordenador ya me parecía bonita, cuando la tuve entre mis manos es que... ni punto de comparación. Me parece a la vez tan sencilla y a a vez emotiva... no sé cómo explicarlo. Tal vez es el contraste del blanco y negro con ese rosa tan precioso. Y lo suave que es... en fin, vamos a dejarlo, que me pongo muy pesada. Como ya viene siendo habitual no tenía ni idea de qué trataba la historia, aunque suponía que sería una historia triste, y no me equivocaba.
Aysel, una joven de dieciséis años, lo ve todo negro. En el pequeño pueblo en el que vive, se siente aprisionada y juzgada por todos a causa del horrible crimen que cometió su padre. Y lo que es peor, teme volverse como él. Así que está decidida a suicidarse y acabar con todo; para ello, entra en una página en la que la gente busca un compañero de suicidio, de manera que entre los dos puedan conseguir llevarlo a cabo. Así es como conoce a Roman, un chico que está igual de atormentado que ella, y sorprendentemente, Aysel empieza a cambiar, es capaz de imaginar un futuro para ella, para los dos. Así que nuestra protagonista tendrá que decidir si sigue queriendo acabar con todo o si por el contrario, va a darle una oportunidad a esa esperanza que ha empezado a sentir en su interior.
Como no tenía ni idea de qué iba, cuando me di cuenta de que ella iba a intentar suicidarse la verdad es que me llevé un susto considerable, porque aunque no me importa leer un libro triste, el hecho de que cada capítulo fuese una cuenta atrás hacia el día en el que pensaba hacerlo... no. Lo siento pero no podía concebir disfrutar un libro en el que alguien quisiese acabar con todo -entiendo que puedas estar pasándolo fatal pero creo que siempre hay esperanza-. Fue parecido a lo que sentí mientras leía Corazón de mariposa.
Entonces aparece él, Roman, y ves una pequeña luz, me di cuenta de que la historia podría cambiar completamente y... así fue. Había una oportunidad, ¿sabéis?
¿En cuanto a los motivos por los que cada uno de los protagonistas quiere suicidarse? Es comprensible que tanto uno como otro estén hechos polvo: uno por culpa y otra por miedo. Aunque realmente todo lo que ocurre con el padre de ella no quedará realmente claro hasta el final (y aún así me parece que ha quedado algo al aire).
Sí, es una historia bastante trágica y un tema muy duro, pero no es deprimente. Sí que hay momentos en los que los personajes se hunden y lo ven todo negro, pero también hay instantes graciosos, además de que el humor de Aysel, tan sarcástico, ayuda mucho a sacarte una sonrisa.
Al principio, aunque me daba cuenta de que todo se iba a precipitar cuesta abajo y que no había salida, casi leía un poco por inercia, porque no me gusta dejar un libro a medias, pero a medida que avanzas un poco, te atrapa. Y ya no digamos cuando te mueres de ganas de que su punto de vista cambie, que el punto de vista de los dos cambie, y se salven. Me estaba volviendo loca y tuve que quedarme leyendo hasta tardísimo para acabarlo porque no podía dejarlo así.
El final es... uf. Desgarrador. Y te estás dando cuenta de lo que va a pasar pero aún así... Me callo.
Creo que no me equivoco cuando digo que he sentido de todo mientras leía esta historia. De todo.
Análisis de mis sentimientos a lo largo de la historia: emoción -> decepción/susto/miedo -> esperanza -> ¡ay dios! -> otra vez emoción y esperanza -> tristeza -> ¿bien? -> destrucción -> cataratas del Niagara -> ... (lo del final no os lo puedo descubrir).
A pesar de que es un libro muy duro y tal vez no esté hecho para todo el mundo y en un principio me arrepentí de haberlo comenzado, me ha sorprendido muchísimo y aunque se me ha parado el corazón más de una vez y alguna lagrimilla ha caído, ha sido precioso.
En colaboración con Montena♥
Aysel, una joven de dieciséis años, lo ve todo negro. En el pequeño pueblo en el que vive, se siente aprisionada y juzgada por todos a causa del horrible crimen que cometió su padre. Y lo que es peor, teme volverse como él. Así que está decidida a suicidarse y acabar con todo; para ello, entra en una página en la que la gente busca un compañero de suicidio, de manera que entre los dos puedan conseguir llevarlo a cabo. Así es como conoce a Roman, un chico que está igual de atormentado que ella, y sorprendentemente, Aysel empieza a cambiar, es capaz de imaginar un futuro para ella, para los dos. Así que nuestra protagonista tendrá que decidir si sigue queriendo acabar con todo o si por el contrario, va a darle una oportunidad a esa esperanza que ha empezado a sentir en su interior.
Como no tenía ni idea de qué iba, cuando me di cuenta de que ella iba a intentar suicidarse la verdad es que me llevé un susto considerable, porque aunque no me importa leer un libro triste, el hecho de que cada capítulo fuese una cuenta atrás hacia el día en el que pensaba hacerlo... no. Lo siento pero no podía concebir disfrutar un libro en el que alguien quisiese acabar con todo -entiendo que puedas estar pasándolo fatal pero creo que siempre hay esperanza-. Fue parecido a lo que sentí mientras leía Corazón de mariposa.
Entonces aparece él, Roman, y ves una pequeña luz, me di cuenta de que la historia podría cambiar completamente y... así fue. Había una oportunidad, ¿sabéis?
¿En cuanto a los motivos por los que cada uno de los protagonistas quiere suicidarse? Es comprensible que tanto uno como otro estén hechos polvo: uno por culpa y otra por miedo. Aunque realmente todo lo que ocurre con el padre de ella no quedará realmente claro hasta el final (y aún así me parece que ha quedado algo al aire).
Sí, es una historia bastante trágica y un tema muy duro, pero no es deprimente. Sí que hay momentos en los que los personajes se hunden y lo ven todo negro, pero también hay instantes graciosos, además de que el humor de Aysel, tan sarcástico, ayuda mucho a sacarte una sonrisa.
Al principio, aunque me daba cuenta de que todo se iba a precipitar cuesta abajo y que no había salida, casi leía un poco por inercia, porque no me gusta dejar un libro a medias, pero a medida que avanzas un poco, te atrapa. Y ya no digamos cuando te mueres de ganas de que su punto de vista cambie, que el punto de vista de los dos cambie, y se salven. Me estaba volviendo loca y tuve que quedarme leyendo hasta tardísimo para acabarlo porque no podía dejarlo así.
El final es... uf. Desgarrador. Y te estás dando cuenta de lo que va a pasar pero aún así... Me callo.
Creo que no me equivoco cuando digo que he sentido de todo mientras leía esta historia. De todo.
Análisis de mis sentimientos a lo largo de la historia: emoción -> decepción/susto/miedo -> esperanza -> ¡ay dios! -> otra vez emoción y esperanza -> tristeza -> ¿bien? -> destrucción -> cataratas del Niagara -> ... (lo del final no os lo puedo descubrir).
A pesar de que es un libro muy duro y tal vez no esté hecho para todo el mundo y en un principio me arrepentí de haberlo comenzado, me ha sorprendido muchísimo y aunque se me ha parado el corazón más de una vez y alguna lagrimilla ha caído, ha sido precioso.